MULLET MADJACK es un juego que bordea la maestría con una soltura fascinante. Sabe ser profundamente retro, beber de influencias no tan explotadas, e hilvanarlo todo con un comentario social que no por típico es menos real. Pero le falta ese punto extra de pulido y ese je se sais quoi que nos invita a volver una y otra vez a él. Por toda la eternidad. En un ciclo sin fin. Adictos a esa violenta descarga de dulces endorfinas.