Saviorless. Cambiando la historia7 min read

Los cambios, en cualquier ámbito, suelen ser producto de largos procesos que requieren tiempo y de la combinación de numerosos factores, pero sucede que, en ocasiones, es un suceso concreto y aislado, pero lo suficientemente potente, o una obra que llega en el momento preciso si hablamos del mundo de la cultura, el que marca un antes y un después. Quizás Saviorless sea ese suceso y se convierta en la chispa que agite la industria del videojuego cubano, iluminando la senda a otros muchos desarrolladores mostrando que, pese a las enormes dificultades, es posible producir y distribuir videojuegos independientes de calidad.

No se trata, aunque se pueda leer en demasiados portales, del primer videojuego producido en Cuba. Un rápido vistazo a la base de datos nos ilustra que en los últimos años, por ejemplo, The Solar Moose ha publicado varios videojuegos gratuitos en itch.io y que incluso existe una especie de videojuego-parodia de Cyberpunk 2077 llamado Cuba2077, de dudosa calidad si atendemos a las reviews de Steam. Si retrocedemos en el tiempo encontraremos más videojuegos, eso sí, en su mayoría producidos por empresas estatales, como Gesta Final, que han tenido nulo impacto fuera de sus fronteras. Saviorless, del estudio Empty Head Games, sí que es, por tanto, el primer videojuego cubano independiente que logra llegar al público internacional, apareciendo además en consolas: Nintendo Switch y PlayStation 5.

En Saviorless, un anciano narrador llamado Tobías, acompañado de sus sobrinos y aprendices del noble arte de la narración, Len y Arimbo, nos relata la historia Antar, un joven que intenta llegar a un lugar llamado Islas Sonrientes. Antar atraviesa un mundo cruento, cargado de obstáculos que no parecen asumibles para un humano, pero que de una forma u otra logra superar, persiguiendo un objetivo final que, al final, no deja de ser una ilusión u promesa, ya sea en forma de garza -animal que perseguiremos al inicio de la aventura- o de tierra prometida.

Los paralelismos entre la historia que se narra y la historia del propio videojuego son evidentes: la tarea de crear videojuegos en Cuba, como la aventura de Antar, es compleja, repleta de obstáculos de todo tipo. Según un estudio del año 2019, publicado en la Revista Panamericana de Comunicación, en la industria cubana del videojuego hay pocos trabajadores y los existentes no se dedican al desarrollo como actividad principal, los pocos proyectos que no son gratuitos no logran exportarse al exterior, hay poco apoyo al desarrollo independiente, el acceso a recursos básicos como internet no está siempre garantizado y los salarios son bajos o inexistentes. En este contexto, sacar adelante un proyecto independiente se convierte en una empresa titánica, algo que confirman las palabras de David Darias, desarrollador de Saviorless: «la inestabilidad es lo que ha caracterizado al proyecto durante su desarrollo«.

Saviorless empezó a gestarse hace más de 8 años, aunque en aquel tiempo el proyecto se llamaba Savior. Aprovechando una época de apertura económica en Cuba el proyecto consiguió apoyo estadounidense e incluso logró reunir 12.000€ en una exitosa campaña de crowdfunding en Indiegogo. Pero en 2017, con la llegada al gobierno de Trump, las sanciones económicas a Cuba se intensificaron, provocando una crisis nacional que, sumada a los problemas que acarreó la pandemia de COVID, casi supone el fin del proyecto. Pero hay más: la compleja situación económica y política del país dificulta el acceso a recursos que en otras industrias se darían por descontados, Josuhe Pagliery y David Darias hablan de problemas de acceso a internet, teniendo que usar redes públicas o redes móviles, cortes de luz y, especialmente, enormes dificultades para encontrar productora a nivel internacional. Pese a todo, la insistencia del estudio superó la magnitud de los problemas y, al final, la editora francesa Dear Villagers fue quien dio el paso y confió en el proyecto cubano, facilitando su lanzamiento a nivel internacional.

Adentrándonos en lo jugable y dejando de lado el contexto, Saviorless es un notable juego de plataformas y puzles que se apoya en una estética muy cuidada. Aunque el plataformeo es la constante principal, desde Empty Head Games han apostado por la variedad de situaciones y no tanto por buscar una curva empinada de dificultad. Así, tendremos fases de plataformeo puro; en otros niveles se juega más con el rompecabezas, teniendo que mover grandes bloques o halos de luz para desbloquear puertas; en algunas fases tendremos que ser veloces para evitar ataques enemigos; también afrontaremos niveles acuáticos, etc. todo esto al tiempo que exploramos bien los escenarios para encontrar los fragmentos de texto perdidos que nos darán acceso al final correcto. Además, la aventura de Antar se alternará con la de Neto, un siniestro personaje que también busca llegar a las Islas Sonrientes, pero que lo hará abriéndose paso a base de sangrientos combates que exigen habilidad -aunque no demasiada-. Es notable el esfuerzo del estudio para que el jugador en ningún momento note pesadez o repetición en el videojuego, saltando siempre de una mecánica a otra.

Innegable es la calidad del apartado artístico del videojuego. Los escenarios gigantes y algo apocalípticos, pero al mismo tiempo capaces de presentarnos preciosas imágenes, por los que se mueve un minúsculo y poco atlético Antar, mientras que escuchamos melodías lentas de piano a las que parece no importar lo que está sucediendo, transmiten una compleja sensación de desolación, están cargados de detalles y nos hacen cuestionarnos el sentido del viaje: ¿Todo esto tiene sentido? ¿A dónde nos dirigimos? ¿no estaremos enfrentándonos a algo superior a nosotros?

En las fases en que controlamos a Neto -o al avatar de Antar- el punto de vista cambia: el campo visual se contrae, poniendo el foco en los personajes y quitando protagonismo al entorno para dar énfasis a unos impresionantes combates, con animaciones detalladas, fluidas y cargadas de violencia y sangre.

Saviorless une todas sus piezas mediante un hilo argumental que reflexiona sobre la naturaleza de las historias que se repiten una y otra vez y cuyo final está ya preescrito, hasta que alguien, en este caso un joven aprendiz de narrador, decide intervenir al arriesgarse a mover las piezas del tablero y cambiar el devenir de los acontecimientos para llegar así a un desenlace diferente y con un poco de suerte, mejor. A fin de cuentas, lo mismo que ha hecho Empty Head Games en la industria del videojuego en Cuba.

Conclusión

Sin saber nada de su contexto, diríamos que Saviorless es un excelente videojuego que combina plataformeo, puzles y acción con un potente apartado artístico dibujado a mano y una narrativa que gira en torno a las historias sin final. Pero es mucho más: se trata del primer videojuego independiente cubano que alcanza el mercado internacional, el primero en consolas y probablemente el mejor videojuego desarrollado en el país. Una obra resultado de un increíble ejercicio de supervivencia por parte de sus desarrolladores que esperemos pueda servir de ejemplo para otros estudios, porque una cosa queda demostrada: si no se producen juegos en Cuba no es por falta de talento.