El 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista, ex-sargento del ejército constitucional derroca mediante un Golpe de Estado al Gobierno de Carlos Prío, apoyado por el alto mando militar y por los Estados Unidos de América. Se implanta entonces una dictadura, dando motivos para la lucha de liberación nacional. Son varias las acciones que se realizan motivadas por la inconformidad de las masas, entre ellas, los asaltos a los cuarteles “Moncada” en Santiago de Cuba y “Carlos Manuel de Céspedes” en la ciudad de Bayamo. Ambos fracasan desde el punto de vista militar, pero logran trascender en la historia. Los asaltantes cumplen prisión en el mal llamado Presidio Modelo en la Isla de Pinos. El General Batista se ve obligado ante las presiones populares a firmar la amnistía en mayo de mil novecientos cincuenta y cinco, sin embargo, continúa al acecho de estos asaltantes.
Persecuciones y pocas libertades propician que partieran a México. Allí desarrollan una intensa preparación político-militar. Un grupo viaja por varias ciudades de los Estados Unidos de América, recibiendo apoyo material, espiritual y financiero. En tierra azteca compran una embarcación para llevar a cabo una expedición libertadora.
El levantamiento armado en Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956 apoyaría el desembarco de los expedicionarios del yate Granma. Este hecho iniciaría la esperada Gesta Final.
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