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Varney Lake. Terror pulp en píxel art5 min read

2 de agosto de 2023 3 mins de lectura

por:

GDejota

Varney Lake. Terror pulp en píxel art5 min read

Llegamos al ecuador del verano. Qué tiempos aquellos en los que verano era sinónimo de huir del bullicio para juntarte con esos amigos a los que sólo veías durante un par de meses al año. Descansar, jugar y hablar de la nada. Éramos felices. ¿Y si en una de esas tardes veraniegas nos hubiéramos encontrado con un vampiro? Esta es la línea argumental que explora el videojuego del estudio argentino LCB Game Studio, Varney Lake, disponible en todas las plataformas.

Varney Lake es la segunda aventura conversacional de la saga Píxel Pulps que está construyendo LCB Game Studio y que tuvo su inicio con Mothmen 1966 y concluirá con Bahnsen Knights. Siendo desconocedor de la saga, he jugado aVarney Lake directamente y, aunque hay matices que sólo quién haya jugado a la primera entrega comprenderá en su totalidad, puede jugarse de forma independiente sin problema.

Varney Lake imagen 1

El trabajo narrativo de Varney Lake es excelente y denota mucho talento tanto en la construcción de la historia como en la escritura del guion. En primer lugar, la obra no se limita a una narración lineal de los acontecimientos y juega, de forma muy inteligente, con saltos temporales entre pasado y presente. La historia principal, la que nos cuenta cómo tres chicos entablan amistad con un vampiro, se ambienta en 1954, aunque pronto descubriremos que todo se trata del testimonio que dos de esos chicos, ya adultos, están dando a un detective de lo paranormal llamado Doug. Entiendo que el personaje de Doug es el que enlaza los tres videojuegos que componen la saga de Píxel Pulps y, pese a no haber jugado a la primera entrega, con Varney Lake nos haremos una idea muy precisa de su figura.

Varney Lake imagen vampiro

No sabría decir qué momento de la historia es más interesante: si el pasado nostálgico -y trágico- de los chicos o el presente del atormentado Doug. Como jugadores, viajaremos constantemente del presente al pasado e iremos, poco a poco, construyendo en nuestra mente la historia como si fuéramos el propio investigador. De más calidad si cabe es el trabajo de guion y escritura. Empezando por la elaboración de los personajes que nos harán participes de sus deseos e inquietudes y gracias a las complejas conversaciones, pese a que no hay voces, casi podemos imaginar sus timbres de voz o incluso intuir lo que van a decir. También la atmósfera parece variar, siendo mucho más alegre cuando los protagonistas son adolescentes y su preocupación principal es observar las nubes, en contraste con la oscuridad y el pesimismo que transmiten las escenas ambientadas en la actualidad.

Varney Lake minijuego

El excelente trabajo narrativo se ve potenciado por un apartado artístico en píxel-art muy atractivo con ilustraciones que cumplen en su objetivo de evocar las aventuras conversacionales de los años 80 y 90, pero con un grado de detalle y una expresividad extrema. La paleta de colores oscila entre el amarillo del caluroso verano y el azul para colorear todo lo que rodea al vampiro, personaje estrella de la narración. El apartado sonoro merece también un aplauso, con efectos de sonido y música chiptune que ayuda a potenciar los momentos más tétricos e incómodos de la historia.

Como jugadores, nuestra interacción en la historia no será mucha, pero sí decisiva. Tomaremos decisiones que pueden parecer irrelevantes, como de qué hablar con uno de nuestros amigos o donde ir a pasar el rato durante una calurosa tarde de verano, pero todo eso puede desembocar en conversaciones relevantes de cara a la conclusión de la aventura o incluso en escenas secretas. El toque diferente lo ponen una serie de minijuegos de lógica que se nos irán presentando conforme avancemos en la trama. De forma inteligente, no se nos obliga a resolverlos, pero si nos ponemos a ello, resultan un buen paréntesis entre tanta lectura.

Conclusión

Varney Lake es la mejor aventura conversacional que he probado en mucho tiempo. La mezcla de la estética píxel-art clásico con el género pulp funciona a las mil maravillas gracias a una narrativa compleja dividida en dos líneas temporales, en la que destacan principalmente unos personajes muy bien diseñados que se comunican a través de interesantes y realistas diálogos. La cotidianeidad y monotonía del verano y lo sobrenatural se abrazan con el terror en una apasionante historia que, pese a tener un final predecible, hace buena esa manida frase de que lo importante es el camino, no la meta.

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Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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