DeVuego LATAM ES_COR

The Deadly Tower of Monsters es más que la suma de sus partes. Un juego desenfadado, entretenido, que sin pretender romper moldes presenta un desarrollo vertical que da pie a persecuciones, caídas, vertiginosos saltos sobre el abismo, tiroteos y combate ligero. Está lejos de ser perfecto y por eso nos gustaría una secuela, porque tiene mucho potencial, y es una de las primeras sorpresas positivas en lo que va de año. Nunca aburre, y eso ya es más de lo que pueden decir producciones mucho más caras.

En definitiva, este deambular por la torre de los monstruos nos ha gustado, nos ha hecho sonreír, y nos ha dejado un sabor de boca más que agradable en cada uno de los puntos que lo forman. Siendo especialmente destacable su divertidísimo guión y su curiosa forma de ser narrado. Un juego especialmente recomendado a los videojugadores que a su vez amen el cine de serie b o las películas clásicas de ciencia ficción, pero que llegará con bastante fuerza a todo que se enfrente a él.

El diseño, en líneas generales, es fabuloso. La temática no rasca en ningún momento; tiene un montón de guiños a films de la época y cuando llegamos a cierto nivel de altura, la distancia de dibujado es tan alucinante que jode no poder tener la cámara libre para poder mirar a nuestro alrededor y contemplar la grandeza de la obra de ACE Team. En definitiva, es un título obligatorio si te apasionan los videojuegos y tienes la barba un poco más larga de lo socialmente aceptado.

La diversión casi minimalista de sus combates bien diseñados y equilibrados pero sin alardes ni ideas especialmente brillantes le da al juego cierto aire de espontaneidad y frescura, pero donde está auténtica mandanga es evidentemente en todo lo que rodea a las partidas. Las referencias continuas a clásicos de la serie B como la primera versión de King Kong, Invasores de Marte, La guerra de los mundos, El planeta de los simios, La criatura de la laguna negra, El ataque de la mujer de 50 pies o Planeta prohibido son algo continuo y omnipresente, pero también un poco superficial y falto de simpatía hacia toda una mitología risible desde la óptica moderna pero que existía en un contexto y por unas razones concretas. Los dinosaurios en stop motion como homenaje a la obra y la influencia de Ray Harryhausen, eso sí, le ablandan el corazón a cualquiera. 

The Deadly Tower of Monsters es un juego de acción que intenta dotar de variedad a su loca odisea de ciencia-ficción. Pero donde en realidad brilla es en su ambientación, rescatando una etapa fílmica tan clásica como el cine de serie B de los 50. Más allá de eso, se trata de un juego sólido pero que no aporta mayor complejidad ni profundidad al género.

Es un buen juego, con identidad propia, que sin duda sirve como extraordinario homenaje a esas películas del siglo pasado. Pero como videojuego en sí, no consigue aportar nada demasiado especial a través de sus mecánicas o sus planteamientos, que funcionan durante el rato en que el jugador no se da cuenta de que está repitiendo lo mismo una y otra vez, aunque los enemigos tengan distintos disfraces.