“Nickelodeon Kart Racers 3: Slime Speedway” es un juego curioso. En muchos aspectos, es superior a su predecesor: la inclusión de voces ayuda bastante (aunque me enerva que se escuchen tan fuerte en la escena de celebración, y que encima, en ella los personajes no muevan sus bocas), y tenemos una gran variedad de personajes, pistas, e ítems para personalizar a nuestros conductores y sus vehículos. Pero por otra parte, se trata de una experiencia algo sosa, en donde los controles no terminan de convencer (me pasó demasiadas veces que el juego no registraba mis Tokyo Drifts al pasar por las curvas, por ejemplo), y el desempeño técnico está bastante mal. “Nickelodeon Kart Racers 3: Slime Speedway” debió ser mucho mejor, especialmente considerando que ya tuvieron otros dos intentos de los cuales aprender. Quizás, la cuarta terminará siendo la vencida.
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