FICHA DE CRÍTICA

Slipstream ofrece un pixel art muy suave con ganas de recordar la sensación de velocidad que sentíamos en Out Run, melodías muy variadas inspiradas en los años 80 de distintos estilos que amenizan el atravesar las curvas y una fórmula muy manida a la que se le suman añadidos para rebajar la dificultad como el rebobinar, y unos controles precisos, cosa muy necesaria en un arcade que pone a prueba los reflejos. Un juegazo indie lleno de nostalgia y muy variado que solo lucha contra el pasar de los años porque, calidad, la tiene y mucha.

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75
 
06/05/2022
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