Lunch a Palooza. El caos culinario

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Soy un gran fan de los llamados party-game, esos juegos concebidos para jugar en grupo, con amigos y familiares. Por ejemplo, la época de la ya difunta Wii fue especialmente divertida para mí, con decenas de propuestas de minijuegos con los que agitar el mando y echar piques con los amigos. Aunque quizás ya no los pruebe tan a menudo, tener en la biblioteca propuestas enfocada al multijugador que poder desempolvar para echar unas risas siempre es de mi agrado. Hoy hablamos de una de estas: Lunch a Palooza.

Desarrollado por el estudio mexicano Seashell Studio, Lunch a Palooza ya está disponible en One y Steam y próximamente lo tendremos en PS4 y Switch. Este peculiar juego nos propone guerras culinarias en las que nosotros controlamos diferentes alimentos.

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En cuestión de segundos arruinaremos la bonita decoración de la mesa

Con la comida no se juega

Lunch a Palooza es una especie de Smash Bros de comida rápida. Controlamos un alimento y nuestro objetivo es tirar fuera de la mesa al resto; eso sí, sin que nos tiren antes a nosotros. Para ello tendremos un ataque débil, uno cargado y también podremos hacer uso de diferentes objetos y power ups. Nuestro plantel se compone de 8 ‘luchadores’, aunque al inicio sólo dispondremos de cuatro: una hamburguesa, una mazorca, una especie de flan y una cosa marrón extraña que sospecho que es una albóndiga. Cada alimento dispone de unas habilidades muy diferenciadas del resto; por ejemplo, el flan es mi preferido porque lanza una especie de chorro que empuja a los rivales.

Ante todo, Lunch a Palooza es un minijuego de lucha, pero con un atractivo y apetitoso ‘envoltorio’, como es la temática de guerra de comida, lo cual supone un divertido acierto. Se trata de un videojuego colorido en el que controlamos alimentos con ojos que se dan palos en simpáticos escenarios como un salón recreativo o un restaurante mexicano. ¿A quién no le puede sacar una sonrisa esto? Su problema viene cuando comenzamos a jugar, al contar con un manejo y un gameplay no demasiado pulido.

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Al inicio sólo contaremos con estos cuatro ‘personajes’

Una pequeña indigestión

El gameplay de Lunch a Palooza es caótico, pero hasta el punto de que simplemente no sabes lo que está sucediendo. He jugado diferentes partidas y en algunas me costaba seguir los movimientos de mi personaje; problema debido a algunos defectos jugables que deberían pulirse. El primero es que las físicas o los impactos de los ataques no son para nada claros. El jugador nunca tiene claro si su ataque, sea el que sea, golpea al rival o no. Quizás el ejemplo más claro es cuando controlamos a la hamburguesa, que hace una especie de salto u onda expansiva que parece totalmente inocua. En muchas ocasiones machacamos los botones y nada sucede, pero de repente un enemigo (un flan, quizás) te dispara algo y te lanza a una velocidad descomunal fuera de la mesa y sólo puedes mirar a la pantalla y pensar: ‘¿qué acaba de suceder?’.

Por otro lado, hay comandos mal implementados. Por ejemplo, se pueden coger objetos para atizar a los rivales; pero su uso es bastante confuso e impreciso, al menos si jugamos con ratón y teclado. En ocasiones tu personaje no agarra el objeto (que ya me diréis como puede una hamburguesa coger algo) y, cuando, por azares del destino, sí lo hace, realiza un ataque giratorio imposible de controlar.

Seguramente en el afán de hacer de Lunch a Palooza un juego impredecible y ameno, los desarrolladores se han dejado llevar y han pulido poco los controles, resultando un gameplay imposible de dominar. Y si no es imposible, como mínimo, es frustrante.

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El gameplay es demasiado caótico. A veces es difícil saber dónde estamos

Lunch a Palooza es una cena de amigos

Jugar contra la CPU o solos es una experiencia frustrante porque tiene tantos problemas jugables que simplemente no te diviertes. Es un constante caer de la mesa sin saber cómo. Sin embargo, con amigos en modo multijugador el juego gana varios puntos. Toda esa frustración que siente el jugador en modo individual se transforma en risas y piques al jugar contra otro humano que seguramente siente esa misma confusión de controles.

Pese a ser, fundamentalmente, un único minijuego, nos ofrece cuatro modos de juego bastante variados: plato fuerte, un modo de todos contra todos; tandem, por equipos; rey del cloche, un modo de dominar la mesa y el buffet, mi preferido, en el que se resucita cada vez con un personaje diferente. Además, disponemos de varios personajes y escenarios ocultos; un contenido desbloqueable que siempre se agradece e incentiva a que el jugador se eche unas partidas más. Cuenta también con un modo online que no puedo comentar ya que nunca he podido encontrar jugadores.

Conclusión

No nos vamos a engañar; Lunch a Palooza es un pequeño minijuego que difícilmente dará al comprador más de un par de horas de diversión en compañía. Su aspecto gráfico es divertido y su propuesta, alocada; pero el gameplay es demasiado caótico y los controles erráticos como para poder engancharnos seriamente. Un party-game para echar unas risas con amigos que no tiene mucha más historia.

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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